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VI - Del sincero deseo de una reforma

VI - Del sincero deseo de una reforma

Liga y Pacto Solemnes
Liga y Pacto Solemnes, Estándares de Westminster, Iglesia Reformada, Iglesia Presbiteriana, Calvinismo

También, de acuerdo con nuestros lugares y llamados, en esta causa común de la religión, la libertad y la paz de los reinos, ayudaremos y defenderemos a todos los que entren en esta Liga y Pacto, en el mantenimiento y la persecución de la misma; y no permitiremos que, directa o indirectamente, por cualquier combinación, persuasión o terror, seamos divididos o retirados de esta bendita unión y conjunción, ya sea para desertar a la parte contraria, o para entregarnos a una detestable indiferencia o neutralidad en esta causa, que tanto concierne a la gloria de Dios, el bien del reino y el honor del rey; sino que, todos los días de nuestra vida, continuaremos celosa y constantemente en ella contra toda oposición, y promoveremos la misma, según nuestro poder, contra todos los obstáculos e impedimentos que sean; y lo que no podamos suprimir o superar nosotros mismos, lo revelaremos y daremos a conocer, para que pueda ser oportunamente impedido o eliminado: Todo lo cual haremos como a la vista de Dios.

Y, debido a que estos reinos son culpables de muchos pecados y provocaciones contra DIOS, y su Hijo JESUCRISTO, como es demasiado manifiesto por nuestras actuales angustias y peligros, fruto de los mismos; profesamos y declaramos, ante DIOS y el mundo, nuestro deseo no fingido de ser humillados por nuestros propios pecados, y por los pecados de estos reinos; especialmente que no hemos valorado, como deberíamos, el inestimable beneficio del Evangelio; que no hemos trabajado por la pureza y el poder del mismo; y que no nos hemos esforzado por recibir a Cristo en nuestros corazones, ni por caminar dignamente de él en nuestras vidas; que son las causas de otros pecados y transgresiones que tanto abundan entre nosotros: y nuestro verdadero y sincero propósito, deseo y esfuerzo, para nosotros mismos, y para todos los demás bajo nuestro poder y cargo, tanto en público como en privado, en todos los deberes que debemos a DIOS y a los hombres, de enmendar nuestras vidas, y de ir cada uno delante de los demás en el ejemplo de una verdadera reforma; para que el Señor pueda apartar su ira y su fuerte indignación, y establecer estas Iglesias y reinos en la verdad y la paz. Y este Pacto lo hacemos en presencia de DIOS ALTO, el Escudriñador de todos los corazones, con la verdadera intención de cumplirlo, como responderemos en aquel gran día, cuando los secretos de todos los corazones sean revelados; suplicando muy humildemente al Señor que nos fortalezca con su ESPÍRITU SANTO para este fin, y que bendiga nuestros deseos y procedimientos con tal éxito, que pueda ser la liberación y la seguridad de su pueblo, y el estímulo para otras Iglesias Cristianas, que gimen bajo, o en peligro del yugo de la tiranía anticristiana, para que se unan en la misma o similar asociación y pacto, para la gloria de DIOS, el engrandecimiento del reino de JESUCRISTO, y la paz y tranquilidad de los reinos cristianos y las mancomunidades.