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Capítulo XXV. De la iglesia

Capítulo XXV. De la iglesia

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VI. No hay otra cabeza de la iglesia excepto el Señor Jesucristo; ni puede el Papa de Roma, en ningún sentido, ser cabeza de ella, sino que es aquel anticristo, aquel hombre de pecado, e hijo de perdición, que se exalta a sí mismo en la iglesia contra Cristo, y contra todo lo que es Dios.

Hay tres razones principales por las que este párrafo final que identifica al Papa con el Anticristo fue eliminado:
1) Especialmente el fuerte impacto de la idea fuertemente popular desde la primera mitad del siglo XIX que el Anticristo era sólo una figura futura, que habría de venir antes de la Segunda Venida de Cristo, y que sería un gobernante mundial. Una idea contraria a lo que la iglesia universal sostuvo sobre este asunto durante su historia.
2) El declive del poder del papado y del sistema católico romano.
3) El ecumenismo imperante.
No deja de ser sorprendente e impactante descubrir que la mayoría de los evangélicos modernos han abandonado esta creencia. Mientras que por el contrario los ortodoxos lo siguen pensando y cada vez un número mayor de católicos conservadores al ver la deriva actual del Papado.