2. Que el creyente practique las reglas de la piedad y la rectitud
2. Que el creyente practique las reglas de la piedad y la rectitud
Suma del Conocimiento Salvador
Suma del Conocimiento Salvador, Estándares de Westminster, Iglesia Reformada, Iglesia Presbiteriana, Calvinismo
La segunda cosa que se requiere para evidenciar la verdadera fe es que el creyente se esfuerce por poner en práctica las reglas de la piedad y la justicia, y que crezca en el ejercicio diario de las mismas, según 2 Pedro i. 5.
Y además de esto, con toda diligencia, añadid a vuestra fe la virtud; y a la virtud, la ciencia; Versículo 6. Y a la ciencia, templanza; y a la templanza, paciencia; y a la paciencia, piedad; Versículo 7. Y a la piedad, la fraternidad; y a la fraternidad, la caridad. Versículo 8. Porque si estas cosas están en vosotros y abundan, no seréis estériles ni infructuosos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
En lo cual,
1. El apóstol enseña a los creyentes, para evidenciar la preciosa fe en ellos mismos, a esforzarse por añadir a su fe otras siete gracias hermanas. La primera es la Virtud, o el ejercicio activo y la práctica de todos los deberes morales, para que así la fe no sea ociosa, sino que se manifieste en el trabajo. La segunda es el Conocimiento, que sirve para proporcionar a la fe información sobre la verdad que debe creerse, y para proporcionar a la virtud la dirección de los deberes que deben hacerse, y cómo llevarlos a cabo prudentemente. La tercera es la Templanza, que sirve para moderar el uso de todas las cosas placenteras, para que el hombre no se obstruya con ellas, ni se haga incapaz de cualquier deber al que sea llamado. La cuarta es la Paciencia, que sirve para moderar los afectos del hombre, cuando se encuentra con cualquier dificultad o cosa desagradable; para que no se canse por las penas requeridas en el bien hacer, ni desmaye cuando el Señor lo castiga, ni murmure cuando lo cruza. La quinta es la piedad, que lo mantenga en todos los ejercicios de la religión, tanto internos como externos, con lo cual podrá ser provisto por Dios para todos los demás deberes que deba cumplir. La sexta es la bondad fraternal, que mantiene la estimación y el afecto a toda la familia de la fe, y a la imagen de Dios en todos los lugares donde se la ve. La séptima es el amor, que mantiene el corazón dispuesto a hacer el bien a todos los hombres, sean los que sean, en todas las ocasiones que Dios ofrezca.
2. Aunque es cierto que hay mucha corrupción y debilidad en los piadosos; sin embargo, el apóstol quiere que los hombres se esfuercen rectamente y hagan todo lo posible, según su capacidad, para unir todas estas gracias entre sí, y para crecer en la medida de su ejercicio: Poniendo toda la diligencia (dice), añadid a vuestra fe, etc.
3. Asegura a todos los profesos creyentes que, así como se beneficiarán de la obediencia a esta dirección, también probarán provechosamente la solidez de su propia fe; y, si les faltan estas gracias, que serán hallados ciegos engañadores de sí mismos, Ver. 9.